Aventura inolvidable: Kayak y Trekking en el Dique El Cadillal
El pasado fin de semana vivimos una experiencia que quedó grabada en nuestra memoria como una de las más épicas de nuestro grupo. Nos embarcamos en una aventura que combinó la adrenalina de cruzar el imponente Dique El Cadillal en kayak con la exploración de las sendas que serpentean por su frondoso entorno. Si alguna vez imaginaste una salida que encapsule la aventura, la naturaleza y el trabajo en equipo, ésta fue esa salida.
Remando hacia la aventura
El día comenzó temprano, con el cielo despejado y una brisa fresca que nos daba la bienvenida al dique. Los kayaks esperaban en la orilla, alineados como caballos listos para la carrera. Después de una breve charla de seguridad y técnica, cada uno tomó su remo y se lanzó al agua.
Al principio, las aguas tranquilas del dique nos permitieron disfrutar del paisaje: montes verdes reflejándose en el espejo del agua y el sonido de las aves que nos acompañaban. Pero pronto, la brisa se convirtió en viento y las olas nos desafiaron a trabajar en equipo. Fue un verdadero ejercicio de coordinación y resistencia, pero cada esfuerzo valía la pena al sentir la emoción de superar ese desafío juntos.
Explorando las sendas
Una vez que cruzamos el dique, dejamos los kayaks en un pequeño embarcadero y nos preparamos para la siguiente etapa: el trekking. Las sendas que bordean el dique nos recibieron con su encanto salvaje. Cada paso nos llevó más lejos de la civilización y más cerca de la naturaleza pura.
El sendero era variado: subidas que aceleraban el corazón, descensos llenos de adrenalina y tramos planos donde podíamos recuperar el aliento y contemplar las vistas espectaculares del dique desde las alturas. Durante el recorrido, encontramos arroyos cristalinos, vegetación exuberante y hasta algunas huellas de animales que nos recordaban que éramos visitantes en su territorio.
La recompensa
Al llegar a un mirador natural, hicimos una pausa para descansar y disfrutar de un almuerzo al aire libre. Desde allí, la vista del dique y las montañas que lo rodean nos dejó sin palabras. Fue el momento perfecto para reflexionar sobre el esfuerzo y la belleza de lo que habíamos vivido hasta entonces.
La vuelta fue igual de emocionante, con el sol comenzando a bajar y tiñendo el paisaje de tonos dorados. Cruzar el dique de regreso en kayak, con el cielo pintado de rojo y naranja, fue la última pincelada de una jornada perfecta.
Reflexiones finales
Esta salida no fue solo un día de aventura, sino también una lección sobre el trabajo en equipo, la superación personal y la importancia de conectarnos con la naturaleza. Cada remada, cada paso y cada risa compartida hicieron que esta experiencia fuera inolvidable.
Si alguna vez buscaste una actividad que combine desafío, naturaleza y compañerismo, te invitamos a sumarte a nuestras próximas aventuras. El Dique El Cadillal nos demostró que siempre hay algo nuevo por descubrir y que la verdadera recompensa está en el camino.